Los nuevos retos en las organizaciones profesionales exigirán igualmente nuevos liderazgos, así como una redefinición de sus estructuras, donde los modelos de lock-step, donde el conocimiento se traspasa en una pirámide jerarquizada del socio al junior, se transformarán en estructuras más líquidas y pluridisciplinares, donde el conocimiento se transmite de forma transversal y en múltiples direcciones.
El líder en las organizaciones líquidas debe ser un estratega que mantiene a la organización en la vanguardia de las tendencias disruptivas y las tecnologías emergentes, un innovador que visualiza y anticipa el futuro, y un impulsor que rompe el statu quo y hace que la organización avance hacia la visión, todo ello con un fuerte componente de agilidad para impulsar cambios y orientación al aprendizaje continuo de nuevas formas de trabajar.