Las habilidades en la gestión de proyectos, bajo la denominación de Legal Project Management, son esenciales para mejorar la eficiencia y especialmente la experiencia de cliente, mediante la adecuada planificación de las tareas y recursos necesarios para el proyecto, que requiere una adecuada combinación de los elementos de un doble triángulo: alcance, tiempo y coste, así como calidad, recursos y riesgos.
La transversalidad en la gestión de los proyectos es clave para eliminar los silos de conocimiento vertical que existen en toda organización, estableciendo de forma planificada un flujo de valor orientado al cliente, concibiendo el proyecto desde el valor que aportamos y no desde la eficiencia de los recursos asignados.