Transparencia versus confianza. El hecho de que nuestros clientes asistan en directo a la gestión de los proyectos, a la vez que puedan intervenir en éstos, refuerza sin duda alguna la transparencia de nuestra actuación profesional. La transparencia exige abrir a los clientes nuestro entorno de trabajo, al igual que los restaurantes muestran la cocina a sus clientes.
Conocimiento del cliente para ser proactivo. El uso compartido del espacio colaborativo aumenta el conocimiento de nuestro cliente, lo que nos permitirá ser proactivos en el asesoramiento legal, para poner el foco en la predictibilidad de sus necesidades y no en la resolución de los suyos problemas.
Personalización y métricas. Es clave configurar un entorno personalizable a las necesidades específicas del cliente, al tiempo que dotarse de un cuadro de mando con métricas y KPIs adaptados al negocio del cliente para la toma de decisiones, lo que redunda sin duda alguna en su satisfacción y su fidelización. No podremos mejorar lo que no medimos.
Sistema de información unificado. Disponer de forma unificada y estructurada de toda la información en relación con el proyecto (correos, documentos, tareas, calendarios…) mejora la eficiencia en la gestión, con la consiguiente reducción de costes, para crear una gestión del conocimiento al servicio del cliente, superando el concepto de base de datos.
Multidisciplinariedad La interrelación de distintos profesionales desde distintos ámbitos técnicos, tanto internos como externos al cliente, que trabajan sobre los mismos documentos, aporta seguridad y eficiencia, en lugar del tradicional intercambio de versiones de documentos.
Flujos de trabajo y automatización. La configuración de tareas automatizadas (workflows, chatbots o generación automática de documentos) que se inician indistintamente a instancias del cliente o del abogado, permiten centrar la actividad del abogado en aquellas tareas que aporten valor.
Gestión del dato. La análisis de la gran cantidad de datos que se generan en el entorno colaborativo, constituye el carburante que alimenta su funcionamiento, en la medida en que permite la personalización y la proactividad que hemos mencionado.
Seguridad y tratamiento de datos personales, para garantizar en todo momento la privacidad, disponibilidad, integridad, autenticación y trazabilidad de la información, elaborando un mapa de riesgos, al servicio de las obligaciones de secreto profesional y confidencialidad que rigen la profesión de abogado .
El espacio colaborativo supone la expresión de un determinado mindset enajenado con la propuesta de valor del despacho, a modo de ecosistema propio en el que se desarrollan las relaciones con nuestros clientes. Trabajamos en el cloud a la vez que nos vemos en el despacho, porque la profesión de abogado comporta una estrecha relación con nuestros clientes que la tecnología no sustituirá en lo que aporta valor.