La actividad predictiva es consustancial al concepto de seguridad jurídica. Incorporada tradicionalmente a la actividad de los abogados, en el sentido de prever escenarios futuros para establecer desde hoy respuestas eficaces, sea en litigios, contratos o decisiones de inversión.
Los datos acumulados a través de la experiencia son la base de la actividad predictiva, por lo que tradicionalmente los abogados con mayor experiencia tienen mayor capacidad de predicción y con ello mejor rendimiento.
La ventaja competitiva en las operaciones legales se sitúa cada vez más en la capacidad para recopilar y organizar datos, en el uso de herramientas de business intelligence que faciliten el aprendizaje automático para evaluar la probabilidad de resultados particulares.
¿Pueden las herramientas de gestión de datos compensar la falta de experiencia y con ello mejorar la capacidad de los abogados?
La intuición y la visión estratégica esenciales en el análisis jurídico están lejos de ser sustituidas por la inteligencia artificial, pero sin una adecuada gestión de datos, el asesoramiento legal tiene muchas limitaciones, a la vez que incorpora ineficiencias.