¿Los abogados hacemos los contratos para que sean leídos y aplicados únicamente por abogados y jueces?
o ¿los hacemos para crear y desarrollar negocio?
¿Así el lenguaje que utilizamos es el correcto? ¿A quién va dirigido?
Las preguntas buscan el necesario equilibrio entre seguridad jurídica de sus previsiones frente a un futuro conflicto y la construcción de complicidades entre las partes para el exitoso desarrollo del negocio.
La respuesta está en el proceso de construcción del contrato y en especial de los profesionales que intervienen, para crear equipos transversales en su creación. Para ello es fundamental disponer de un CLM abierto a toda la empresa, no sólo para el departamento legal, así como utilizarlo como herramienta de comunicación con la otra parte.
Poner al cliente, al usuario, en el centro, obliga a otra aproximación al proceso de creación del contrato y para ello utilizar herramientas de contract design es altamente recomendable, lo que finalmente permite conseguir algo tan básico como entender lo que estamos firmando!
El rediseño y la automatización de flujos de trabajo mediante AI, es la pieza que cierra el círculo.