Las operaciones legales describen un conjunto de procesos y actividades que ayudan a los departamentos legales a prestar un servicio a sus clientes o business partners, de forma efectiva mediante la aplicación de técnicas de gestión empresarial. Sirven para realizar la planificación estratégica, la gestión financiera, la gestión de proyectos y adecuar la tecnología, permitiendo a los profesionales jurídicos centrarse en proporcionar asesoramiento legal.
En definitiva, se trata de la gestión de un departamento jurídico de forma empresarial. Para ello, se requiere a profesionales que dediquen el tiempo necesario y que tengan la preparación adecuada.
Los abogados están formados tradicionalmente para solucionar problemas legales, y no tanto para la gestión de un departamento, y así durante años el abogado in house ha sido el solucionador de problemas legales que se hacía visible cuando aparecía un problema. Esto ha cambiado profundamente hoy en día, los abogados internos se están convirtiendo en auténticos directivos y participan en la estrategia de la compañía, si bien esto sólo ocurre en las empresas que tienen cultura legal, impulsada por los CEOs o por su consejo, entienden el valor de tender una asesoría jurídica integrada en el negocio.